La oficina es de los lugares donde pasamos la mayor parte de nuestro día. Por eso, es indispensable que te sientas a gusto con la mayoría de tus compañeros, generando un ambiente positivo.
Las relaciones laborales cada vez han tomando mayor valor e importancia. Para identificar cuándo son sanas, se necesita de tiempo y años de experiencia.
Además de incrementar la productividad para la empresa, lo que se traduce en mejores posibilidades para ti… un entorno agradable facilita la convivencia. Hace posible que un reto sea más llevadero y tantos tus objetivos personales, como los de la compañía, se cumplan con éxito.
Muchas veces las buenas relaciones, se mal entienden y se traducen al término «lambón». Una persona con su forma de ser un tanto aduladora, que tiene actitudes hacia su jefe directo o superiores que no son muy bien vistas. Normalmente son para su bienestar personal, pero muchos de sus compañeros no las comparten o no están de acuerdo.
Pero siendo honestos, todos estos elementos son necesarios en las organizaciones. Este tipo de personas son las que ayudan a bajar los niveles de estrés y amenizar el ambiente. Ese es el momento en el que entra tu estrategia. Debes considerar crear contactos que aporten a tu crecimiento profesional. O ¿por qué no?, personas que te puedan apoyar en un proyecto que tengas en mente.
También, hoy por hoy, muchas de esas relaciones laborales, en ocasiones terminan siendo algo más. Puedes terminar encontrando a la persona con la que quieras compartir el resto de tu vida.
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Cuando las relaciones laborales no son positivas
Existen casos donde las buenas relaciones en el trabajo terminan mal. Puede ser por un ascenso, porque se le subió el cargo a la cabeza, no sabe liderar un equipo, o porque uno de los compañeros le hizo «el cajón al otro». Muchas veces, es por situaciones de desconfianza y deslealtad que no se pueden evitar.
Por esta razón es tan importante que identifiques y no confundas las buenas relaciones en tu oficina… La confianza es muy fácil de perder. Evita contar tu vida personal y al detalle. Recuerda siempre que es mejor mantener asuntos reservados sólo para ti o para tu familia.
Por otro lado, las buenas relaciones laborales no se deben traducir en favores. El mejor apoyo que le puedes prestar a tus compañeros es hacer tu trabajo de la mejor manera posible. No obstaculices el trabajo de otros, ésta es la mejor carta de presentación a tu desempeño y profesionalismo.
Tampoco creas que mantener una excelente relación con un jefe o superior es ser «lambón». Por el contrario, estas relaciones te pueden ayudar a escalar a nivel profesional. Una buena relación con tus compañeros te puede llevar a conocer a grandes personas que se convierten en verdaderos amigos para toda la vida.
Fortalece las relaciones laborales y no olvides que el llamado «trabajo soñado» existe y eres tú quien lo crea.
Esperamos que este artículo sobre las relaciones personales en el trabajo te haya sido útil. Te recomendamos seguir leyendo nuestros contenidos en el blog de BuenTrabajo.