Los grandes emprendedores del mundo lo han dicho una y otra vez, tomar las riendas de tu vida e iniciar un negocio nuevo es el inicio del camino al éxito, pero este no culmina cuando tu empresa produce muchas ganancias.
El ser multimillonario no está dentro de las expectativas del emprendedor, pues el grueso de estos nunca lo logra, en cambio su foco está en que este supla todas nuestras necesidades y que a la vez seamos felices con nuestra vida.
Por lo menos así es como lo ve Richard Branson, jefe ejecutivo y fundador de Virgin, una de las empresas más grandes del mundo avaluada actualmente en USD 5.100 millones.
Para Branson la felicidad del emprendedor es lo primero y esta va atada a un bienestar tanto físico como mental, pues según el “Nunca he comenzado un negocio con solo el pensamiento de hacer dinero. Cada uno de los productos y líneas de trabajo de Virgin fue llevada a cabo para generar un cambio positivo en la vida de las personas. Enfocándonos en la felicidad de nuestros clientes hemos sido capaces de construir un exitoso grupo de compañías”.
De que sirve tener una empresa exitosa si solo nos produce preocupaciones, extenuación y una calidad de vida mucho menor a la que teníamos. El dinero no lo es todo, por algo nos hemos convertido en nuestros propios jefes y no es para vivir esclavizados a otro escritorio, sino para poder balancear nuestro bienestar, haciendo lo que nos gusta y a la vez cobrando por ello.
“Si haces las cosas bien y te diviertes con ello el dinero fluirá hacia ti”
El empresario y emprendedor debe pensar en la supervivencia de su negocio, pero también en que beneficio le está generando a la sociedad y a los demás. Warren Buffet, empresario con propiedades netas por un valor de USD 66.400 millones habla sobre como lo más importante y el mayor indicador sobre su éxito como empresario es por el número de personas que lo estiman.
“Si ese número es alto estoy haciendo bien algo en la vida, pero si es bajo no importa cuan grande sea mi chequera, mi vida será un desastre» afirmó el empresario de bienes raices.
Es entonces que debemos preguntarnos si nuestro actual emprendimiento nos está haciendo felices y si la expectativa de trabajar en el durante años nos hace ilusión. Puede que no cambiemos el mundo con nuestra labor pero si nos sentimos bien al intentarlo valdrá la pena todo el esfuerzo que hagamos para lograr que nuestra empresa florezca.
El éxito de nuestro emprendimiento es en si la realización de nosotros como proyecto y como persona, ahí es donde realmente radica el verdadero éxito. Para muchos esto se convierte en mantener y proveer a su familia, tener una planta de empleados activa, colaborar con causas nobles, hacer una labor que le lleve un valor agregado a la comunidad o realizar un trabajo de apoyo pueden convertirse en verdaderas metas, termómetro de nuestro éxito.
El dinero es necesario, pero solo en la medida en que lo necesitamos para tener una buena calidad de vida, ya cuando se logra hacer más dinero del que se necesita debemos pensar en lo que de verdad nos llevará a vivir felices. Branson define esta situación de la manera más magistral “La vida es muy corta para que pierdas tiempo haciendo cosas que no te apasionan o no son divertidas, incluso si estas haciendo mucho dinero de no cumplirse las dos primeras debes plantear seguir adelante con tu vida sin anclarte a un puesto o una idea, sino ser feliz.”