Una historia de malas experiencias laborales puede verse en cualquier lugar y con cualquier persona no importa lo importante de su cargo o lo reconocido dentro de su profesión. El representante más reciente de esto es Hideo Kojima, quien es uno de los iconos del mundo de los videojuegos, sobretodo con su saga insigne Metal Gear Solid, la cual ha vendido más de 42 millones de copias en su historia.

Tras un trabajo de casi 3 décadas en Konami, generando activos en la empresa por cientos de millones de dólares, el trato que ha recibido este creativo en lo que se convirtió un ambiente laboral hostil ha suscitado repudia en la comunidad.

Todo inicia con el lanzamiento de su último producto Metal Gear Solid the Phantom Pain, tras el cual su nombre y el de su división es retirado de la publicidad y el producto final. Al principio se pensó que esto era parte de un viro publicitario de la compañía, pero después con la cancelación de todos los proyectos en los que estaba relacionado Kojima, incluyendo el aclamado Silent Hills P.T, se hizo evidente que lo que se deseaba era obligarlo a renunciar.

Este acoso laboral se hizo presente en los próximos meses cuando se dejo de llamarlo a hacer parte de las juntas creativas y se le excluyó de toda actividad laboral, al punto que el grupo de abogados de Konami le impidió ir en persona a recibir los galardones que la industria de los videojuegos le iba a entregar.

Así, excluido de todo evento, de los resultados de su trabajo y aislado en vacaciones impuestas, lograron lo que buscaban y hoy  15 de diciembre la pesadilla llegó a su fin. Esto se debe a que hoy en que su contrato de exclusividad expiró y en el cual sin ninguna vinculación legal Hideo Kojima reveló que ha dejado Konami para crear su propio estudio de producción.

Esta historia no es sólo un relato de un final feliz sino también sirve para ilustrar que el maltrato y acoso de tipo laboral puede darse en múltiples niveles sin importar los aportes que se hayan hecho, ni el tiempo que le hubiésemos dedicado, todo debe llegar a su fin.

Además si alguien que dio 30 años de su vida a una empresa pudo ponerse de pie y salir a crear su propio proyecto de vida todos podemos hacerlo, pues la antigüedad y la estabilidad no son impedimento para salir a buscar empleo