Esta mujer se llama June J Rivas y trabaja como empleada oficinista para una gran empresa en la ciudad de Chicago. La particularidad de June se debe a que una situación problemática, una mala comunicación con su jefe y unas políticas poco estructuradas en cuanto a manuales de proceso en la empresa llevaron a que ella vistiera disfraces cada día que iba a trabajar.
Así es, pues según la historia contada por June, su contrato no contemplaba ningún código de vestimenta pero su jefa le llamó la atención en varias ocasiones sobre un pañuelo que llevaba en la cabeza, incluso llegando a gritarle y haciéndola quedar mal frente a sus otros compañeros de trabajo.
Esto llego al punto en que la superior de June tomó cartas en el asunto y redactó un código de vestimenta que la obligaba a cambiar su apariencia. Lo que no contaba es que su código habría dejado un vacío legal para el uso de disfraces en el lugar de trabajo.
Es así como la ropa que June usaba a diario se convirtió en lo mas memorable de esos días de oficina y ya les mostraremos el porqué.
Estos fueron solo algunos de los mas memorables disfraces usados:
Esta situación se habría podido resolver si hubieran mediado la situación en lugar de comportarse como niños, así no se hubiera afectado ninguna de las partes y lo habrían solucionado en el menor de los tiempos.
Para estos casos es mejor contar con un área de recursos humanos dedicada o ambulante, pues los empleados son el mayor activo de una empresa.