Si por algo se caracterizan los enanos de la película «Blanca nieves y los siete enanitos» es por su esfuerzo y dedicación para salir a diario a trabajar en las minas.

Y nos pusimos a pensar, cuanto se parecen los enanitos a los trabajadores en una empresa, y en como todos en algún punto somos como uno de los enanitos… Si no los recuerdas, lee estas descripciones que seguro te harán reír y pensar que tanto tienes en tí de cada uno de ellos.

 

Esos días malos en los que eres el típico compañero que se enfada por todo, tanto en lo relacionado con trabajo como en las situaciones externas.

Una pequeña chispa encendida con un comentario o simplemente que alguien no haya repuesto el papel de la impresora te hará explotar y te enfadará a niveles que hacen que todos quieran salir corriendo o esconderse bajo el escritorio más cercano.

 

Son temporadas completas en las que ir a la oficina, estornudar, toser e ir al baño 20 veces al día para al menos intentar respirar se vuelve una rutina normal, todos tus compañeros temen por tu vida y de paso por las suyas.

Cuando eres este personaje los permisos para ir al médico e incapacidades son pan de cada día, y tu rol de «mocoso» terminará cuando otro compañero comience con síntomas del virus.

Hay compañeros poco sociables, que calladitos y sin dar de que hablar llegan a la oficina, hacen su trabajo y luego se van.

Cuando te encuentres en modo «mudito»  jamás harás una queja ni siquiera cuando el jefe pida que te quedes un rato luego del horario para terminar una tarea. En algún momento, tal vez en un mal día o en una jornada de mucho trabajo, desempeñarás este rol.

Cuando alguien tiene una duda, este personaje salta a resolverla, es el que sabe mucho de muchas áreas, incluso a veces te hace pensar «debería ganar más» pues su brillantez parece no tener limites.

No se reserva al momento de compartir lo que sabe, tiene paciencia para enseñar y siempre aporta alguna idea brillante.

Ese típico compañero que incluso teme dejarse ayudar por pena. Le da vergüenza incomodar a los demás y ni se diga de el momento en el que todos los compañeros se reúnen para cantarle el «cumpleaños feliz», él quisiera desaparecer.

Contrario al enanito anterior, esta perspectiva de tu personalidad en el trabajo puede tener buenas ideas pero le avergüenza que no lo sean, por lo tanto no las comparte o lo hace solo con un compañero para que este las aporte al grupo.

Tiene sueño, no se puede decir más. Todos hemos hecho el rol de dormilón en el trabajo, ya sea un lunes en la mañana o un sábado luego de trasnochar. Sale a flote cuando prefieres comer rápido para aprovechar el resto del almuerzo con tal de acostarte en el sofá de la oficina y «echarte un motoso».

Hay días de días, sin embargo, este debería ser el rol en el que más tiempo pases en la oficina, si amas tu trabajo, recibes un aumento o simplemente todo va bien en tu casa serás este pequeñin lleno de optimismo y ganas de hacer las cosas.

Si aún no tienes ese trabajo que saque lo mejor de ti, déjanos tu hoja de vida haciendo clic aquí y te ayudaremos a encontrarlo.