Si bien el trabajo es una parte fundamental de nuestra vida, no lo es todo. Por eso debemos aprender a separar los espacios y a darle a cada cosa la importancia en su debida proporción.
Establece límites
Destacarte por ser una persona trabajadora, responsable y comprometida con la empresa para la que trabajas es algo muy positivo. Sin embargo, estas buenas cualidades no se deben confundir con dejar tu vida personal de lado para cumplir con cargas laborales excesivas. Lo normal es que una jornada laboral dure 8 horas y esto tiene una razón: el día tiene 24 horas, por lo que se espera que los seres humanos puedan dividirlas equitativamente entre: trabajo, tiempo para otras actividades y descanso. Aunque esto pocas veces puede cumplirse, es importante que reserves unas horas de tu día en donde puedes desconectarte completamente de lo que ocurre en tu oficina.
Organiza tu tiempo
Antes de iniciar tus labores de cada día en el trabajo, planea las actividades que vas a realizar y el tiempo que invertirás en cada una. Así crearás pequeñas metas, que al cumplirlas te entregarán satisfacción y reducirán tus niveles de estrés. Además, empezarás a establecer si el tiempo que tienes para realizar tus actividades es suficiente o no. Si luego de unos días de hacer este ejercicio, notas que por más que te esfuerces, varias tareas quedan pendientes, significa que tienes demasiada carga laboral y es momento de conversar con tu jefe al respecto.
¡No lleves trabajo a la casa!
Sabemos que esto es algo complicado de manejar; pero sin duda, una de las peores ideas que puedes tener es ocupar tus horas de descanso en actividades laborales. Por eso es que es tan importante que optimices tu tiempo mientras estás en la oficina. Cada minuto que ocupas resolviendo temas laborales, es un momento que dejas de compartir con los que amas. Tus prioridades deben estar muy claras.
Incluye actividades lúdicas a tu día a día
Esta es una de las mejores formas de alejar tu vida laboral de la personal. Busca algo que te apasione o que sepas que será bueno para tu salud y comienza a practicarlo. Ingresa al gimnasio, practica yoga, monta bicicleta, toma esas clases de baile que siempre has deseado o aprende a preparar nuevas recetas. Lo importante es que logres ocupar tu mente en cosas diferentes a lo que ocurre en tu lugar de trabajo.
¿Puedes solucionar lo que tanto te agobia?
A veces a los seres humanos nos encanta ahogarnos en un vaso de agua. Antes de ocupar tu tiempo libre con problemas del trabajo, analiza estas preocupaciones y establece si vale la pena “sufrir por ellas”. Si la situación tiene solución, entonces solo es cuestión de ponerla en marcha en tus horas laborales y si no la tiene, por muy complicado que sea, es momento de soltar el tema, aprender del error y seguir adelante.