Conseguir empleo no implica abrir las alas e independizarse

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Al parecer abandonar el nido ya no es algo que hagan quienes acceden a su primer trabajo, pues siguen dependiendo del apoyo financiero de sus padres.

No hablamos aquí de aquellos que al terminar el colegio o sus estudios superiores se quedan en casa haciendo nada, sino personas que consiguen un trabajo e intentan independizarse pero no pueden hacerlo del todo debido a las circunstancias.

A ese grupo pertenece cerca de un 60% de los jóvenes después de los 25 años, un 40% de los mayores de 30 e incluso un 20% de los mayores de 40 años, situación que es preocupante, según afirma la organización “society for grownups” quien realizó la investigación que arroja estos números.

Fuente: dadaroom

El hotel mamá solo se acaba cuando la persona adquiere su completa independencia y allí es donde está el inconveniente que muchos creen no tener, los padres aun están colaborando con algunas de las facturas de sus hijos ya entrados los años.

Pueden ser desde gastos menores como la cuenta del teléfono celular que sacaron desde jóvenes hasta ya mucho más grandes como el arriendo o la alimentación.

Así no vivan con sus padres los jóvenes están aceptando su ayuda financiera en mayor o menor manera.

Los gastos con los cuales los padres suelen ayudar más a sus hijos adultos son el teléfono celular (17%), comida (14%), servicios públicos (13%), aportes a salud (12%), vacaciones (10%), arrendamiento (10%), ropa (10%) y deudas estudiantiles (7%).

Por que se mantienen en “hotel mamá”

Nuestros padres siempre han realizado la comparación con nosotros, diciendo a nuestra edad que ya habían conseguido ellos en la vida y tienen razón es un logro que a sus 30 ya tuvieran casa propia o la estuvieran pagando y a la vez que mantenían un hogar con 2,3 o incluso 4 hijos.

Pero lo que ha variado no ha sido el interés o las ganas de las personas, pues cifras indican que los millenials son la generación más emprendedora de la historia, sino que la situación se ha puesto color de hormiga para quienes devengan un sueldo.

Un ejemplo de ello son los sueldos, pues en Estados Unidos el poder adquisitvo de los sueldos para las personas de 20 o 30 años no habia estado tan bajo desde los años posteriores a la segunda guerra mundial. La gente gana más en números pero puede comprar menos cosas.

Puede que digamos que ahora conseguir electrodomésticos y electrónicos es mas asequible que antes, pero los grandes gastos de la vida como lo son vivienda, educación, salud y alimentación han crecido mucho más que los sueldos.

Una comparativa nos arroja que con el salario mínimo de hace 50 años se requeria de un menor tiempo ahorrando para comprar casa propia que lo que se requiere hoy en día. A eso que debemos sumarle el nivel educativo para un sueldo generoso antes no era tan alto como el que se exige en la actualidad.

Solo debemos mirar el costo de la tierra en las grandes ciudades del país para verificar que a diferencia de una generación atrás, conseguir un techo propio es casi una misión imposible con los sueldos actuales.

Por otra parte servicios que antes eran de lujo se han vuelto necesidades básicas incluso para trabajar. Cosas como un celular, acceso a internet o un computador son solo los elementos más básicos los cuales necesitan las personas en la actualidad.

Manuel Pinto: