Para la mayoría de vacantes se requiere un mínimo de experiencia que muchas veces no tenemos, es cada vez más común ver jóvenes recientemente graduados, con sus hojas de vida llenas de trabajos que no se relacionan con la industria en la cual buscan trabajo, ni con sus carreras.

La experiencia laboral debe adaptarse

La experiencia, contrario a lo que todos pensamos, no se evalúa por cantidad sino por calidad. Procura añadir a tu hoja de vida los trabajos en los que desempeñaste labores similares a las del cargo que desees obtener, es resto será relleno y créeme, a los reclutadores de personal no les gusta leer información irrelevante teniendo en cuenta que revisan muchas hojas de vida al día.

Qué debes borrar de tu hoja de vida

• Experiencia corta y de hace mucho tiempo
• Experiencia que no se puede corroborar
• Experiencia en empresas que ya no se encuentran en operación
• Experiencia en trabajos informales, en caso de estar aplicando a una oferta profesional
• Experiencia irrelevante para el cargo al que aplicas
• Experiencia menor a 6 meses en cualquier cargo
• Experiencia en empresas que no tienen buenas referencias tuyas
• Experiencia en empresas con familiares o amigos
• Experiencia en negocios propios (y sin logros evidentes)

Cómo plantear tu experiencia

Si después de aplicar el filtro anterior te quedaste con una o dos referencias de trabajos previos, está bien, aplica tu ingenio a estas para que hablen de lo que hiciste y los logros que alcanzaste. El nombre de una empresa, tu cargo, el nombre de tu jefe y su teléfono, no dicen nada a menos que lo llamen, es por ello que debes agregar información como metas alcanzadas, personas a cargo, tareas desarrolladas, etc, dependiendo del cargo desempeñado.

Recuerda entonces que llenar tu hoja de vida de «experiencia laboral» irrelevante solo te quitará puntos la próxima vez que apliques a una oferta de empleo. En hojas de vida, menos es más desde que esté mejor explicado.