Renunciaron, hicieron esto y no volvieron a conseguir empleo

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Conseguir empleo no es una tarea del todo fácil y se torna aún peor cuando hemos hecho algo que deja nuestra reputación por el piso en el gremio o, con los únicos que podrían dar una referencia sobre la calidad de nuestro trabajo: Nuestros ex-jefes; estas personas aprendieron esta lección a las malas y hoy cuentan sus historias para que nunca te pase.

Secuestrador de la información

Me avergüenza contar esto, pero trabajaba como contador en una empresa, era mi primer trabajo formal y todo estuvo bien por un buen tiempo, hasta que me enteré de que mi jefe inmediato quería despedirme, entonces, luego de darle muchas vueltas al asunto, decidí renunciar, pero quería hacerle un gran daño a la compañía pues sentía que no había razón por la cual quisieran despedirme, así que esperé hasta los últimos días del mes y presenté mi renuncia, empaqué mis cosas, entre ellas toda la información de mi computador y me fui.

Claro, luego me enteré por una ex compañera de que la empresa tenía copias de seguridad de todo lo que yo guardaba en mi equipo. Por mi parte, tardé un año en conseguir un nuevo empleo, no podía incluir el tiempo que trabajé en esa empresa como experiencia, así que me tocó comenzar de ceros nuevamente.

Lengua venenosa

Trabajaba en una pequeña empresa de arquitectura, llevaba allí unos 3 años en los cuales mi carrera había estado estancada cuando un día me llamaron para hablarme de una oferta laboral estupenda, le conté a una de mis compañeras más cercanas sobre el nuevo trabajo y mi inminente renuncia, aproveché el rato para manifestarle mi inconformidad con los tres años de buen trabajo que había ejecutado sin haber sido ascendida o al menos haber recibido un aumento, en últimas, comencé a culpar a mi jefe por estas «injusticias» insultándolo de toda forma posible, hablé sobre su poca habilidad de liderazgo y hasta la manera en la que imaginaba que trataba a su esposa, pues había demostrado ser un machista; hablé de más.

Luego de mi renuncia me negaron el empleo de ensueño que me habían ofrecido, no me dieron ninguna razón para ello, pero si me comentaron que toda la empresa hablaba, desde mi partida, de todo lo que había dicho sobre mi jefe. Fatal error.

Me ves, ahora no me ves

Tenía un trabajo horrible en una tienda de zapatos, llevaba allí unos 6 meses, yo era el encargado de abrir la tienda y faltando un poco para el cierre, tipo 6pm, llegaba el administrador a organizar cuentas conmigo. Un día tenía resaca, no quería volver, en realidad simplemente odiaba ese trabajo, entonces me quedé en la cama y no fui, le escribí a mi jefe, a eso de las 5pm presentándole mi (no tan) formal renuncia, pasados unos 15 minutos me llamó muy exaltado pues la tienda estaba cerrada, perdió todo un día de ventas y yo la oportunidad de volver a ella para pedir una liquidación o referencia. Por cierto, tampoco le devolví las llaves, me llamó durante aproximadamente un mes para pedírmelas y amenazarme. Una mala forma de empezar con los trabajos informales.

Pastorcita mentirosa

Mi carrera en la compañía en la que trabajaba era impecable, dos asensos y varios logros con clientes importantes eran solo algunas de mis mayores razones para enorgullecerme de mi trabajo, sin embargo cometí un error monumental y entré en pánico, quería irme antes de que lo notaran y me despidieran así que inventé todo un mundo fantasioso con una vida perfecta en la cual me habían llamado para ofrecerme un puesto gerencial en una de las compañías más grandes de la industria, además, en otro país.

Así pasó todo, me hicieron una gran despedida y salí por la puerta grande, pensé que me había librado de un infierno cuando en realidad me metí en otro pues, tras aplicar a varios puestos, no conseguía trabajo, pasaron más de 6 meses y a fuerza tuve que ingresar como cajera a un establecimiento de productos de belleza para no quedarme en la calle. Un buen día llegó una de mis ex compañeras de trabajo y con cara (fingida) de asombro me preguntó por qué estaba ahí, no supe que responder y ella se limitó a decirme «debiste decir la verdad», me quise morir pero ella tenía razón.

Aprende de ellos y no hagas nada que pueda dejar tu imagen por el suelo la próxima vez que renuncies a un trabajo, si dejas una excelente reputación, conseguir empleo será mucho más fácil.

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Ana Maria Rozo: