Cuando estamos cansados en nuestro trabajo la productividad no es la misma y aunque dispongamos de todo el tiempo del mundo pareciese que no nos alcanzara para terminar todas las labores.

Pero esto tiene una explicación científica y se debe a que el cerebro humano no puede concentrarse por mas de 120 minutos en una sola tarea, puesto que cuando llega a este límite nuestra mente requiere un descanso.

Esto obedece a una teoría que presenta nuestros lapsos de productividad como ondas y en las cuales se encuentra que para una óptima eficiencia necesitamos tener espacios de 90 minutos de concentración seguidos de lapsos de 20 minutos de dispersión.

Pero no se tiene que seguir este estricto régimen de trabajo/descanso, pues existen otros métodos que pueden funcionar igual de bien dependiendo de la persona.

El primero de estos métodos es el de descansos de 15 minutos, en el se propone que la persona planee 2 descansos de 15 minutos en el día y los cumpla cabalmente.

La hora preferible para uno de estos descansos es 3:00 p.m, pues según estudios este es el momento más improductivo del día.

Durante los descansos se propone que la persona lea, dibuje, medite o alguna otra actividad que aleje su mente del trabajo y lo relaje.

Otra técnica es la de los minidescansos, en ella se propone que cada 25 minutos de trabajo se tomen 5 minutos para relajarse en su puesto de trabajo. Una vez se hayan completado 4 ciclos la persona deberá tomar un break largo de 15 a 20 minutos.

Esta técnica es ideal para aquellos trabajadores que tienden a procrastinar, dejando las tareas para lo último, pues les brinda descansos consecutivos para que retomen el ritmo muchas veces con bríos renovados.

La última tecnica es la de la ventana de los 90 minutos, en ella dividiremos nuestra jornada en bloques de 90 minutos a los cuales les asignaremos una sola tarea para enfocarnos en ese único objetivo durante tal lapso de tiempo.

Tras cada bloque de nuestro día tomaremos un descanso de 20 minutos para recuperar fuerzas.

Estas técnicas serán algo difíciles de controlar al inicio, pero una vez las pongamos en práctica nos serán muy útiles para administrar el tiempo y mejorar nuestro ritmo laboral.