Las corbatas son un signo de elegancia, pero a la vez son un estándar a la hora de presentarse a procesos de selección de cargos de oficinista o ejecutivo medio.
Pero este no es sólo un adorno monofacético, puesto que dependiendo de su uso y su tonalidad puede ayudar a llevar un mensaje o a profundizar en una característica que quisiéramos resaltar ante el que será nuestro futuro empleador.
Por ejemplo las corbatas rojas simbolizan riqueza, fuerza y pasión, por lo cual son una opción ideal para quienes se presentan para cargos que implican liderazgo, además esta tonalidad resalta muy bien los rasgos de la persona ante cámaras televisivas. En cuanto a tono, para este tipo de corbata es mejor una de seda con tono rubí la cual aunque es bastante formal, también presenta características prácticas como facilidades de lavado.
Por otro lado una corbata azul puede ser la opción adecuada si nos dirigimos a una reunión con un ambiente hostil y somos la parte mediadora. El color azul en la corbata irradia paz y tranquilidad, así como un aura de confianza en su portador.
Hay casos en que la corbata solo apoya un rasgo y nosotros mismos somos quienes debemos hacerlo destacar. Es el caso de la corbata amarilla que demuestra vitalidad y alegría, por lo cual si vamos a usarla debemos tener una actitud que la soporte.
Entre tanto la corbata verde demuestra crecimiento personal y renacer, por lo cual es una manera sutil de dar a conocer que eres alguien que se encuentra aprendiendo, o que quieres inmiscuirte en un proyecto naciente.
Continuando por el camino de los colores encontramos la corbata café la cual transmite pragmatismo en quien la usa, lo cual es una característica apreciada para un cargo que requiere versatilidad. Puede que en algunos sea un signo de aburrimiento pero ese es un elemento que sirve para detectar a los empleados confiables.
Por último la corbata negra, mas asociada a eventos formales, por lo cual a menos que la entrevista sea un evento de gala deberías evitar usarla al intentar conseguir un trabajo.